La ropa interior que decidas usar depende no sólo de cómo quieres verte y sentirte, sino de sus beneficios. A la hora de elegir prendas íntimas pensamos en dos aspectos básicos: comodidad y sensualidad.
El baúl sigue siendo la prenda número uno elegida en cuanto a opciones y esto se debe a que la mayoría de los hombres prefieren usar prendas discretas y no aquellas que dejen ver mucha piel; pero si hablamos de sensualidad la cosa se acerca.
El calzoncillo lo tildan de “anticuado”, además de mostrarlo como una prenda que generará el ridículo de quien te vea usándolo. Nada más lejos de la realidad, cualquier prenda interior que no sea de tu talla o esté rota, por poner algunos ejemplos, te hará lucir desaliñada y minimizando tu atractivo y poniéndote en una situación embarazosa. El calzoncillo es la pieza clásica por excelencia que nunca dejará de estar presente.
Si quieres ir un paso más allá el tanga, el bikini, el tanga o el suspensorio te llevarán allí. Estos elementos llamarán inmediatamente la atención del usuario como alguien atrevido y atractivo, lo cual es perfectamente aceptable.
Los hombres deben ser versátiles en muchos aspectos de la vida y la ropa interior es uno de ellos. Es importante conocer las ventajas y desventajas de cada tipo de prenda para determinar cuándo se debe utilizar; sin embargo, lo que uses para seducir a tu pareja debe estar enfocado en cómo te sientes con una de estas piezas y esto te ayudará a transmitir seguridad más allá de lo que uses, solo debes saber cuál usar y en qué ocasión.
No hay duda de que como hombres queremos sentirnos cómodos cuando vestimos escasamente pero también queremos explotar el morbo que produce exhibir nuestros cuerpos masculinos formados por horas de sudor con un par de mancuernas soldadas a nuestras manos. Recuerda que la seguridad que demuestras parte desde tu ropa interior y se transmite al exterior.
Por Édgar
@maskulinos