Decides tomar un día libre en el club de caballeros y de repente aparece en el vestuario un joven, en suspensorio, sudoroso y acalorado; imposible no mirarlo. Luego vas a la piscina y ahí está, mojado y duro como una piedra, es tu día de suerte.
Mira esta deliciosa sesión de fotos que Joan Crisol hizo con Georgi Boyadzhiyski.